He pasado un fin de semana de lo mejor, aun siento cierto éxtasis de pensar en todos los sucesos que me han ocurrido a lo largo de la semana, en verdad creo que esta es la mejor experiencia de mi vida.
Sin embargo, nada dura para siempre…
Aun así, es la mejor experiencia de mi vida…
A pesar de disfrutar un frenesí de placer y lujuria, he pensado en que no durara por siempre, el tiempo es algo que no se detiene para ningún mortal y yo no soy la excepción. Tome un baño, me arregle y salí a caminar para despejarme un rato, mientras lo hacía me puse a pensar si estuvo bien dejar el cuerpo de la chica en mi cama, no sé cuánto tiempo tarda un cuerpo en descomponerse y empezar a tomar mal olor, así que decidí regresar rápido a la casa. Una vez de vuelta, me acerque para oler el cuerpo y verificar si empezaba a tener mal olor, pero, por el contrario, el cuerpo aun conservaba ese delicioso aroma de mujer y entonces pensé que lo mejor sería aprovechar esa situación, y así lo hice… me quite la ropa y empecé a copular nuevamente con aquella hermosa dama sin vida, mientras lo hacía, bese sus labios, no podía creer la fortuna que había tenido de pasar dos noches con una mujer tan hermosa.
Al terminar me senté un momento en el borde de la cama mientras observaba el cuerpo, comencé a pensar, que en cualquier momento la descomposición haría efecto y quería seguir disfrutando de ese placer que sentí, pero la realidad es que cuando uno muere su cuerpo se pudre, aunque la conservara no podría disfrutar por mucho tiempo. Pasado unos minutos tome la decisión más dolorosa que he tomado en mi vida, deshacerme del cuerpo de la chica, ese maravilloso cuerpo que me lleno de placer, excitación y lujuria en cada momento, pero que tenía un límite de tiempo y no duraría para siempre.
Era momento de dejarla ir…
Antes de hacer cualquier acción medite por un buen rato el modo más desapercibido de deshacerme de la chica, quizá llevarla a un lago a las afueras de la ciudad, pero ahí los fines de semana algunos hombre se reunían a pescar, podrían descubrir el cadáver, podría intentar enterrarla en el parque, pero estoy seguro de que en algún momento las autoridades la buscarían si sus familiares denuncian su desaparición, la mejor alternativa que tuve en mente fue enterrarla en el patio trasero de mi casa, como quiera este estaba justo frente a un pequeño bosque de menos de una hectárea, nadie podría mirarme mientras la entierro, ya que mi patio está rodeado por una gran barda y ningún vecino se la pasa husmeando lo que hago, así pues, lo hice… espere a que la noche me ayudara a ocultar la situación en la que me encontraba en ese momento, cabe un gran agujero con la suficiente profundidad como para enterrar a una persona de pie en el patio, sepulte con cuidado el cuerpo de la chica acostándola en el fondo del agujero, y proseguí a enterrarla y junto con ella las acciones de las noches anteriores, al terminar tome un baño para limpiarme y relajarme después de la noche agitada que tuve.
Lo había conseguido…
Como si hubiera sido un hermosos sueño del cual desperté, me sentí como nunca en la vida, todo había sido maravilloso, lo curioso de todo es que mientras disfrutaba del placer de hacerlo con un mujer muerta, pensaba en el porqué de mi deseo por una mujer sin vida, inexpresiva, incapaz de si quiera hacer un gesto o mencionara palabra alguna.
Hoy después de levantarme asistí al trabajo como cualquier otro día, sin sentir el más mínimo nerviosismo, me sentía tranquilo de todo lo que había hecho y la verdad me encantaría que todo volviera a repetirse, volver a estar con aquella linda y encantadora mujer de piel blanca, labios rojos y cabello oscuro, con ojos color miel, oscurecidos por la falta de vida. El día transcurrió como cualquier otro, monótono y aburrido, yo trabajo en una empresa bancaria, pero no soy un cajero, ni estoy todo el día detrás de una ventanilla de cristal, teniendo que ver y atender a toda clase de personas, que en ocasiones suelen ser muy irritantes y de mal carácter. La zona donde yo me encuentro es más aislada, alguno de mis compañeros suele quejarse y decir que ese lugar da un aspecto melancólico, pero para mí es perfecto, me gusta la calma, el escaso ruido me da una sanción de paz para trabajar a gusto y de forma ordenada, sin tanto estrés por el ruido de la gente que se acerca a hacer sus operaciones bancarias.
Mi vida siempre ha sido muy rutinaria y monótona, la verdad no me quejo, me gusta así, no me complico tanto la existencia queriendo conseguir cosas de forma estresada, ni haciendo cosas que no van con mi forma de pensar, como intentar adular al jefe para obtener un mejor puesto o un aumento salarial, con lo que gano me basta para subsistir. Algunos consideran mi vida aburrida y sin sentido, quizá tengan razón, pero a mí me gusta así.
Aun que mi vida, ya no es del todo monótona ahora…
Al salir del trabajo decidí ir a sentarme como siempre un rato en la banca del parque, como todos los días, camine con calma, mire como volaban unos cometas en el aire y llegue a mi lugar de paz. Pensé y recordé todo lo que he vivido y no pude evitar soltar una pequeña risa de placer, como si hubiese hecho alguna travesurilla y me hubiera salido con la mía. Creí que después de todo lo sucedido mi vida volvería a ser como siempre, que solo fue una pequeña etapa que ya había superado por desgracias no fue así… ya que mientras estaba sentado sintiendo el viento rozar mi cara e inhalando profundo con un gran suspiro, esa sensación volvió como un pequeño golpeo, una palpitación que poco a poco fue creciendo y haciéndose más intenso.
No de nuevo pensé, se supone que ya sacie esa ansiedad que surgió en mi pecho, esa locura temporal que me dio, no entiendo cómo es que de nuevo empecé a sentir ganas de estar con una mujer nuevamente, es normal que una persona sienta deseos sexuales de vez en cuando, pero pienso que no tan frecuentemente de la forma en la que yo los sentía. Sentí como si me asfixiara y me afloje la corbata, trate de respirar profundo y con clama pero ese palpitar se hacía más intenso, sentí como si perdiera el conocimiento por un momento.
Al abrir los ojos unas cuantas personas estaban a mi alrededor, mirándome con preocupación y una de ella se me acerco para preguntarme si me encontraba bien, si necesitaba que llamaran a una ambulancia o que alguien me llevara al doctor, yo le conteste que estaba bien, que solo había sido un pequeño mareo repentino, producto del cansancio laboral de día, después de eso todos se retiraron y me desearon una pronta recuperación, eso es lo que yo también deseaba, porque esto que me pasa parece una enfermedad, que poco a poco se hará mas grave o que desaparecerá el día de mañana, no lo sé, solo espero no perder la noción de la realidad
He vuelto a casa, en estos momentos solo quiero dormir y olvidar todo lo que me ocurrió esta tarde, pero lo que no olvidare son todos los bellos momentos que he vivido hasta ahora.
Momentos que espero se repitan nuevamente…
Sin embargo, nada dura para siempre…
Aun así, es la mejor experiencia de mi vida…
A pesar de disfrutar un frenesí de placer y lujuria, he pensado en que no durara por siempre, el tiempo es algo que no se detiene para ningún mortal y yo no soy la excepción. Tome un baño, me arregle y salí a caminar para despejarme un rato, mientras lo hacía me puse a pensar si estuvo bien dejar el cuerpo de la chica en mi cama, no sé cuánto tiempo tarda un cuerpo en descomponerse y empezar a tomar mal olor, así que decidí regresar rápido a la casa. Una vez de vuelta, me acerque para oler el cuerpo y verificar si empezaba a tener mal olor, pero, por el contrario, el cuerpo aun conservaba ese delicioso aroma de mujer y entonces pensé que lo mejor sería aprovechar esa situación, y así lo hice… me quite la ropa y empecé a copular nuevamente con aquella hermosa dama sin vida, mientras lo hacía, bese sus labios, no podía creer la fortuna que había tenido de pasar dos noches con una mujer tan hermosa.
Al terminar me senté un momento en el borde de la cama mientras observaba el cuerpo, comencé a pensar, que en cualquier momento la descomposición haría efecto y quería seguir disfrutando de ese placer que sentí, pero la realidad es que cuando uno muere su cuerpo se pudre, aunque la conservara no podría disfrutar por mucho tiempo. Pasado unos minutos tome la decisión más dolorosa que he tomado en mi vida, deshacerme del cuerpo de la chica, ese maravilloso cuerpo que me lleno de placer, excitación y lujuria en cada momento, pero que tenía un límite de tiempo y no duraría para siempre.
Era momento de dejarla ir…
Antes de hacer cualquier acción medite por un buen rato el modo más desapercibido de deshacerme de la chica, quizá llevarla a un lago a las afueras de la ciudad, pero ahí los fines de semana algunos hombre se reunían a pescar, podrían descubrir el cadáver, podría intentar enterrarla en el parque, pero estoy seguro de que en algún momento las autoridades la buscarían si sus familiares denuncian su desaparición, la mejor alternativa que tuve en mente fue enterrarla en el patio trasero de mi casa, como quiera este estaba justo frente a un pequeño bosque de menos de una hectárea, nadie podría mirarme mientras la entierro, ya que mi patio está rodeado por una gran barda y ningún vecino se la pasa husmeando lo que hago, así pues, lo hice… espere a que la noche me ayudara a ocultar la situación en la que me encontraba en ese momento, cabe un gran agujero con la suficiente profundidad como para enterrar a una persona de pie en el patio, sepulte con cuidado el cuerpo de la chica acostándola en el fondo del agujero, y proseguí a enterrarla y junto con ella las acciones de las noches anteriores, al terminar tome un baño para limpiarme y relajarme después de la noche agitada que tuve.
Lo había conseguido…
Como si hubiera sido un hermosos sueño del cual desperté, me sentí como nunca en la vida, todo había sido maravilloso, lo curioso de todo es que mientras disfrutaba del placer de hacerlo con un mujer muerta, pensaba en el porqué de mi deseo por una mujer sin vida, inexpresiva, incapaz de si quiera hacer un gesto o mencionara palabra alguna.
Hoy después de levantarme asistí al trabajo como cualquier otro día, sin sentir el más mínimo nerviosismo, me sentía tranquilo de todo lo que había hecho y la verdad me encantaría que todo volviera a repetirse, volver a estar con aquella linda y encantadora mujer de piel blanca, labios rojos y cabello oscuro, con ojos color miel, oscurecidos por la falta de vida. El día transcurrió como cualquier otro, monótono y aburrido, yo trabajo en una empresa bancaria, pero no soy un cajero, ni estoy todo el día detrás de una ventanilla de cristal, teniendo que ver y atender a toda clase de personas, que en ocasiones suelen ser muy irritantes y de mal carácter. La zona donde yo me encuentro es más aislada, alguno de mis compañeros suele quejarse y decir que ese lugar da un aspecto melancólico, pero para mí es perfecto, me gusta la calma, el escaso ruido me da una sanción de paz para trabajar a gusto y de forma ordenada, sin tanto estrés por el ruido de la gente que se acerca a hacer sus operaciones bancarias.
Mi vida siempre ha sido muy rutinaria y monótona, la verdad no me quejo, me gusta así, no me complico tanto la existencia queriendo conseguir cosas de forma estresada, ni haciendo cosas que no van con mi forma de pensar, como intentar adular al jefe para obtener un mejor puesto o un aumento salarial, con lo que gano me basta para subsistir. Algunos consideran mi vida aburrida y sin sentido, quizá tengan razón, pero a mí me gusta así.
Aun que mi vida, ya no es del todo monótona ahora…
Al salir del trabajo decidí ir a sentarme como siempre un rato en la banca del parque, como todos los días, camine con calma, mire como volaban unos cometas en el aire y llegue a mi lugar de paz. Pensé y recordé todo lo que he vivido y no pude evitar soltar una pequeña risa de placer, como si hubiese hecho alguna travesurilla y me hubiera salido con la mía. Creí que después de todo lo sucedido mi vida volvería a ser como siempre, que solo fue una pequeña etapa que ya había superado por desgracias no fue así… ya que mientras estaba sentado sintiendo el viento rozar mi cara e inhalando profundo con un gran suspiro, esa sensación volvió como un pequeño golpeo, una palpitación que poco a poco fue creciendo y haciéndose más intenso.
No de nuevo pensé, se supone que ya sacie esa ansiedad que surgió en mi pecho, esa locura temporal que me dio, no entiendo cómo es que de nuevo empecé a sentir ganas de estar con una mujer nuevamente, es normal que una persona sienta deseos sexuales de vez en cuando, pero pienso que no tan frecuentemente de la forma en la que yo los sentía. Sentí como si me asfixiara y me afloje la corbata, trate de respirar profundo y con clama pero ese palpitar se hacía más intenso, sentí como si perdiera el conocimiento por un momento.
Al abrir los ojos unas cuantas personas estaban a mi alrededor, mirándome con preocupación y una de ella se me acerco para preguntarme si me encontraba bien, si necesitaba que llamaran a una ambulancia o que alguien me llevara al doctor, yo le conteste que estaba bien, que solo había sido un pequeño mareo repentino, producto del cansancio laboral de día, después de eso todos se retiraron y me desearon una pronta recuperación, eso es lo que yo también deseaba, porque esto que me pasa parece una enfermedad, que poco a poco se hará mas grave o que desaparecerá el día de mañana, no lo sé, solo espero no perder la noción de la realidad
He vuelto a casa, en estos momentos solo quiero dormir y olvidar todo lo que me ocurrió esta tarde, pero lo que no olvidare son todos los bellos momentos que he vivido hasta ahora.
Momentos que espero se repitan nuevamente…
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